Disfrutar de la música satisfaciendo el alma, no el ego

Disfrutar de la música satisfaciendo el alma, no el ego

Alma vs Ego

La música tiene el poder único de conectarnos con nuestras emociones más profundas, de transportarnos a momentos inolvidables y de unirnos más allá de nuestras diferencias. Sin embargo, muchas veces nos encontramos incapaces de disfrutar plenamente de este arte universal, atrapados por las trampas de nuestro ego. Este fenómeno, aunque común, nos priva de explorar géneros, estilos y experiencias que podrían nutrirnos en lugar de limitarnos..

 

¿Qué es el ego y cómo influye en nuestra relación con la música?

El ego, en términos psicológicos, es la construcción mental que tenemos de nosotros mismos: nuestra identidad, la imagen que queremos proyectar y cómo nos percibimos en relación con los demás. Aunque el ego es una parte natural de nuestra psique y nos ayuda a definirnos, también puede convertirse en un obstáculo cuando domina nuestras elecciones. En el contexto de la música, el ego se manifiesta cuando nuestras decisiones musicales están determinadas más por cómo queremos que los demás nos vean o por nuestras creencias sobre quiénes somos, que por nuestro disfrute real. Es el ego el que nos lleva a decir frases como:

    • “Esta música no me representa.”
    • “¿Cómo a alguien le puede gustar el metal? Es puro ruido.”
    • “La música clásica es tan aburrida, no sé cómo la gente la disfruta.”
    • “Esto no es música, ¿cómo a alguien le puede gustar?”

No deberíamos criticar otros géneros si no los conocemos bien. Sería más inteligente decir, «Ah! pues de esta música aún no sé mucho!» o «bueno debería escuchar más, aún no la entiendo».

Estos comentarios suelen ser reflejo de prejuicios y de un rechazo más ligado a proteger nuestra identidad que a una valoración real de lo que escuchamos. Este mecanismo de defensa del ego nos limita, porque nos impide ver más allá de nuestras propias etiquetas y nos desconecta de la esencia de la música.

 

El ego como barrera en la experiencia musical.

¿Cuántas maravillosas experiencias te estás perdiendo si estás cerrado a un solo estilo musical? 

El ego actúa como un filtro que condiciona nuestra percepción, haciendo que descartemos cualquier música que no encaje con nuestra identidad o tribu social. Nos identificamos con un género o estilo y rechazamos automáticamente lo que no se alinee con esa narrativa personal. Por ejemplo, alguien que se define como amante del rock podría menospreciar el reguetón o la música electrónica, no porque realmente no le guste, sino porque siente que aceptar esos géneros amenazaría la imagen que tiene de sí mismo. Este apego a etiquetas y grupos nos desconecta de la esencia de la música: su capacidad para emocionarnos, más allá de nuestras ideas preconcebidas. La música, al final, no tiene fronteras; las construimos nosotros.

Te proponemos escuchar algo diferente: te dejamos con un grupazo de música Pop mezclada con electrónica desde ASIA, en concreto Corea del Sur! XG Offical – Woke Up

 

 

Los audiófilos y la búsqueda interminable de la perfección

Otro ejemplo claro de cómo el ego interfiere en la relación con la música lo encontramos en los autoproclamados «expertos» en sonido o audiófilos. Para ellos, la experiencia musical no se centra tanto en la emoción o el mensaje, sino en alcanzar un estándar técnico imposible. Equipos de sonido de última generación, constantes actualizaciones tecnológicas y una obsesión por el «mejor» sonido terminan siendo un callejón sin salida.

Irónicamente, en esta búsqueda de perfección sonora, pierden lo esencial: el disfrute simple y genuino de la música. ¿Es realmente necesario que cada nota suene impecable para emocionarse con una canción? A menudo, la imperfección es lo que hace que ciertas interpretaciones sean memorables, humanas y reales.

Te volvemos a proponer abrir la mente para escuchar grandes profesionales en su estilo: te dejamos con un tema de Rap / R&b / Hiphop.  LITTLE SIMZ – Live Show

 

Satisfacer el alma frente a satisfacer el ego

La clave está en entender la diferencia entre escuchar con el alma y escuchar con el ego. Cuando dejamos que el ego dicte nuestras elecciones musicales, nos perdemos en juicios, comparaciones y exclusividades que nos desconectan del disfrute auténtico. Escuchar con el alma, en cambio, significa abrirse a nuevas experiencias sin prejuicios, valorar la música por lo que nos hace sentir y no por lo que representa para nuestra imagen.

Esto no solo es aplicable a los oyentes, sino también a los músicos. Muchos artistas caen en la trampa de crear música que satisface expectativas externas o que refuerza su imagen pública, en lugar de expresar lo que realmente sienten. Este enfoque puede llevar al reconocimiento superficial, pero rara vez resulta en una conexión profunda con el público.

Te dejamos con un grupazo de metal alternativo, por si aún no has escuchado este tipo de música. NORTHLANE – LIVE SHOW

Reflexión final: volver a la esencia de la música

  1. Disfrutar de la música satisfaciendo el alma implica aceptar que no existe un único estándar para lo que es «bueno». Lo que importa no es si un género es técnicamente complejo o si se escucha en el equipo más avanzado, sino cómo nos hace sentir. La música, en su esencia, es un lenguaje del alma, no del ego.
  2. Si aprendemos a soltar las expectativas, a dejar de lado los juicios y a escuchar con el corazón, nos daremos cuenta de que hay un universo musical esperando ser explorado. Cada estilo, cada género y cada interpretación tiene algo único que ofrecer, siempre que estemos dispuestos a recibirlo. ¿Y tú? ¿Escuchas para alimentar tu alma o para satisfacer tu ego?